Guiados por su Espíritu – Pastor Luis Bravo
Introducción:
El apóstol Pablo, en su carta a los Romanos, nos ofrece una profunda enseñanza sobre lo que significa vivir una vida guiada por el Espíritu Santo. En Romanos 8:14, declara: «Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios». Este versículo no solo nos revela una verdad fundamental sobre nuestra identidad en Cristo, sino que también nos invita a reflexionar sobre cómo el Espíritu Santo actúa en nuestra vida diaria.
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La guía del Espíritu: Un sello de filiación divina
Ser guiados por el Espíritu Santo es una evidencia de que hemos sido adoptados como hijos de Dios. No se trata de un privilegio reservado para unos pocos, sino de una realidad para todos aquellos que han aceptado a Jesucristo como su Salvador. El Espíritu Santo no es una fuerza abstracta o impersonal; es Dios mismo habitando en nosotros, transformando nuestra mente, corazón y voluntad para alinearlos con los propósitos divinos.
Esta guía no es coercitiva, sino amorosa. El Espíritu nos conduce con paciencia y sabiduría, respetando nuestra libertad, pero siempre invitándonos a caminar en la verdad y la justicia. Como hijos de Dios, somos llamados a vivir en obediencia y dependencia de Él, permitiendo que Su Espíritu nos dirija en cada decisión, palabra y acción.
Una vida en el Espíritu: Frutos y transformación
La guía del Espíritu Santo no solo se manifiesta en momentos extraordinarios, sino también en lo cotidiano. Es Él quien nos convence de pecado, nos consuela en la aflicción, nos da discernimiento y nos fortalece para resistir las tentaciones. Además, produce en nosotros frutos que reflejan el carácter de Cristo: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22-23).
Cuando permitimos que el Espíritu nos guíe, nuestra vida se convierte en un testimonio vivo del poder transformador de Dios. Dejamos de vivir según los deseos de la carne, que nos llevan al egoísmo y la destrucción, y comenzamos a caminar en la libertad y la plenitud que solo Cristo puede ofrecer.
¿Cómo ser guiados por el Espíritu Santo?
- Buscar una relación íntima con Dios: A través de la oración, la lectura de la Biblia y la adoración, cultivamos una comunión constante con el Espíritu Santo.
- Escuchar Su voz: El Espíritu habla de maneras diversas: a través de la Palabra, la conciencia, las circunstancias y la comunidad de creyentes. Aprender a discernir Su voz requiere sensibilidad y práctica.
- Obedecer sin dudar: La guía del Espíritu siempre estará alineada con la voluntad de Dios revelada en las Escrituras. Obedecer, incluso cuando no entendemos completamente, es un acto de fe y confianza.
- Vivir en comunidad: El Espíritu Santo nos guía también a través de otros creyentes. La iglesia es un espacio donde podemos recibir consejo, apoyo y confirmación.
Conclusión
Ser guiados por el Espíritu Santo es un privilegio y una responsabilidad. Es un camino que nos lleva a experimentar la vida abundante que Jesús prometió (Juan 10:10) y a reflejar Su amor al mundo. Como hijos de Dios, tenemos la seguridad de que el Espíritu nunca nos abandonará; Él es nuestro Consolador y Guía, quien nos conduce hacia la eternidad en la presencia del Padre.
Que cada día podamos decir, como Pablo: «Porque no hemos recibido un espíritu de esclavitud para volver al miedo, sino que hemos recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!» (Romanos 8:15). Dejemos que el Espíritu Santo nos guíe, transforme y use para glorificar a Dios en todo lo que hagamos.
¿Qué pasos puedes tomar hoy para permitir que el Espíritu Santo te guíe más plenamente?