De Babel a Pentecostes, el poder de la unidad – Pastor Luis Bravo
De Babel a Pentecostes, el poder de la unidad – Pastor Luis Bravo
Introducción:
La Biblia nos habla del poder la unidad, en la historia de la torre de Babel, menciona algo muy interesante y es cuando dice: estos tienen un mismo propósito y nada podrá detenerlos.
Es por eso que el señor tiene que dividirlos, como dice el dicho popular: Divide y vencerás.
Y el Señor Jesucristo, también hablo a sus discípulos del poder de la unidad, cuando les dice: Si dos de ustedes se pusieren de acuerdo en algo aquí en la tierra, será hecho por mi padre que esta en los cielos.
Desde la Universidad de Manchester en Inglaterra, el pastor Luis Bravo, nos comparto esta hermosa enseñanza.
Video:
Versículos Bíblicos:
Gén 11:3 Y se dijeron unos a otros: Vamos, fabriquemos ladrillos y cozámoslos bien. Y usaron ladrillo en lugar de piedra, y asfalto en lugar de mezcla.
Gén 11:4 Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta los cielos, y hagámonos un nombre famoso , para que no seamos dispersados sobre la faz de toda la tierra.
Gén 11:5 Y el SEÑOR descendió para ver la ciudad y la torre que habían edificado los hijos de los hombres.
Gén 11:6 Y dijo el SEÑOR: He aquí, son un solo pueblo y todos ellos tienen la misma lengua. Y esto es lo que han comenzado a hacer, y ahora nada de lo que se propongan hacer les será imposible.
Gén 11:7 Vamos, bajemos y allí confundamos su lengua, para que nadie entienda el lenguaje del otro.
Gén 11:8 Así los dispersó el SEÑOR desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.
Gén 11:9 Por eso fue llamada Babel, porque allí confundió el SEÑOR la lengua de toda la tierra; y de allí los dispersó el SEÑOR sobre la faz de toda la tierra.
Hch 2:1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar.
Hch 2:2 De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados,
Hch 2:3 y se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos.
Hch 2:4 Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba habilidad para expresarse.
Hch 2:5 Y había judíos que moraban en Jerusalén, hombres piadosos, procedentes de todas las naciones bajo el cielo.
Hch 2:6 Y al ocurrir este estruendo, la multitud se juntó; y estaban desconcertados porque cada uno los oía hablar en su propia lengua.
Hch 2:7 Y estaban asombrados y se maravillaban, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que están hablando?
Hch 2:8 ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua en la que hemos nacido?
Hch 2:9 Partos, medos y elamitas, habitantes de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y de Asia,
Hch 2:10 de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia alrededor de Cirene, viajeros de Roma, tanto judíos como prosélitos,
Hch 2:11 cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestros idiomas de las maravillas de Dios.
Hch 2:12 Todos estaban asombrados y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto?