Acerquémonos confiadamente – Pastor Luis Bravo

Introducción:

Hebreos 4:14-16 es un pasaje bíblico que habla sobre Jesús como nuestro gran sumo sacerdote. El versículo 14 dice: “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión”. Este versículo nos recuerda que Jesús es nuestro sumo sacerdote y que debemos mantener nuestra fe en él.

El versículo 15 continúa diciendo: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”. Este versículo nos muestra que Jesús es capaz de compadecerse de nuestras debilidades porque él mismo fue tentado en todo, pero sin pecado.

Finalmente, el versículo 16 nos dice: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. Este versículo nos anima a acercarnos a Dios con confianza, sabiendo que podemos encontrar misericordia y gracia en nuestro tiempo de necesidad.

En resumen, Hebreos 4:14-16 nos recuerda que Jesús es nuestro gran sumo sacerdote y que podemos acercarnos a él con confianza en cualquier momento.

Video:

Jesús como sumo sacerdote

Según la carta a los Hebreos, Jesús es el mediador de un nuevo pacto entre Dios y la humanidad. Él ofrece su propio cuerpo y sangre como sacrificio para la remisión de los pecados. De esta manera, Jesús se convierte en el puente entre Dios y los seres humanos.

El papel de Jesús como sumo sacerdote es fundamental en la religión cristiana. A través de su muerte y resurrección, se convirtió en el intermediario entre Dios y la humanidad, ofreciendo un camino hacia la salvación y la reconciliación con el Creador. Como sumo sacerdote, Jesús ofreció su propia vida como sacrificio para reconciliar a la humanidad con Dios. Él es el único mediador entre Dios y los seres humanos, y su muerte en la cruz permitió la expiación de los pecados y la restauración de la relación entre Dios y la humanidad.

Es importante entender quién es Jesús como nuestro sumo sacerdote para nuestra fe y nuestra relación con Dios. Significa que podemos acercarnos a Dios con confianza y seguridad, sabiendo que Jesús ha abierto el camino para nosotros. También nos recuerda la importancia de la oración y la intercesión, tanto por nosotros mismos como por los demás.